Euros, Dolares, Coronas, Piastras.Todas olian a sudor.

A Marion Mitchell no le hacia ninguna gracia que una de sus tazas de té de porcelana bávara estilo rococo Imperial se le hubiera resbalado de su mano enguantada.

A Marion le encantaba el orden de sus repisas; una tetera para cada tipo de hierba a infusionar y una cuchara por cada variedad de azúcar.

Gracias a su trabajo recorría el mundo con bastante frecuencia, por lo que tenia tazas y teteras de todo tipo perfectamente alineadas, le recordaba a los pioneros tejanos en los muros de la Misión del Alamo, esperando al General Santana y sus dragones.

A Marion Mitchell, no le quedo otro salida, miro la taza de arriba abajo y con una caída de los ojos se acabo de enfundar el guante en la mano asesina, se calo el sombrero y se dijo John Wayne no puede hacer esperar a sus fans

Formatee el disco duro y os perdí. Pese a vuestro tamaño. Sois una gran perdida para mí