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Hexaptero Oficinensis

Invisible a los ojos humanos, notamos su presencia gracias a un cierto escalofrío en la columna vertebral, que aunque lo solemos achacar al termostato, es obra de la curiosidad de nuestro hexaptero, que sale en las horas puntas atraídos por la luces decolores de las pantallas de ordenador

Los exclusivos entomólogos que los han visto lo han logrado con el uso de espectroheliógrafos caledoscópicos y señalan la original disposición de sus seis alas.

El Hexaptero conocido coloquialmente como la mosca que va y viene, debe su nombre a que con sus alas delanteras es capaz de anular el avance de sus alas traseras y su vez dar vueltas de 360º con sus alas dorsales, en el mismo sitio.

En su habitat se alimenta básicamente de la pelusa gris, aunque se han descrito ataques indiscriminados a los contenedores de papel destruido sin reciclar.
Invisible a los ojos humanos, notamos su presencia gracias a un cierto escalofrío en la columna vertebral, que aunque lo solemos achacar al termostato, es obra de la curiosidad de nuestro hexaptero, que sale en las horas puntas atraídos por la luces decolores de las pantallas de ordenador

Los exclusivos entomólogos que los han visto lo han logrado con el uso de espectroheliógrafos caledoscópicos y señalan la original disposición de sus seis alas.

El Hexaptero conocido coloquialmente como la mosca que va y viene, debe su nombre a que con sus alas delanteras es capaz de anular el avance de sus alas traseras y su vez dar vueltas de 360º con sus alas dorsales, en el mismo sitio.

En su habitat se alimenta básicamente de la pelusa gris, aunque se han descrito ataques indiscriminados a los contenedores de papel destruido sin reciclar.

La raqueta

(¡Gracias Edgar Allan Poe!)

Hubiera sido un tenista profesional, a lo Rafa Nadal, si aquel dia la raqueta me hubiera sido útil en dar respuesta al primer revés.
Posiblemente la elección del campo de tierra batida, un descampado en un pedregal, tampoco fue una buena elección.
El hecho de que mi primera raqueta fuera un trozo de roble americano (de un buen barril de amontillado)  que nos habíamos topado en medio del almacén.
Si todas estos hechos no ocurrieran tal como se sucedieron hoy estaría jugando la Copa Davis.